martes, 26 de abril de 2016

CORRECCIÓN: ADAPTACIÓN "El hombre de la piel de oso"

BLOQUE 2: ADAPTACIÓN “EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO”
  
En este segundo bloque he tenido que adaptar un cuento de los hermanos Grimm llamado: “El hombre de la piel de oso”. 
 
 
INTRODUCCIÓN:
Los hermanos Grimm: Jacob (Alemania, 1785 - 1863) y Wilhelm (Alemania, 1786 - 1859), cuyas adaptaciones respondían con mucha lealtad a las versiones recopiladas inicialmente, siendo éstas las que más se han  estudiado y las que más se han empleado en la educación de los niños.
Muchos de esos cuentos no eran alemanes puesto que parte de ellos habían sido anteriormente recopilados por el francés Perrault.
En dos de las ediciones que publicaron, una en 1812 (recopilaciones) y la  posterior en 1822 (adaptaciones) no escribían para el público en infantil, sino para todos. 
Fue en 1825 el año en el que se hicieron muy famosos, porque tuvieron mucho éxito entre los más pequeños y llamaban más la atención que los anteriores cuentos por las fantásticas ilustraciones. Por ello, tuvieron que llevar  a cabo modificaciones en cuanto al contenido, la forma y el estilo; transformando los castigos por otros de menor impacto, así como eliminar los diversos elementos morbosos que aparecían en los textos.

Por otra parte, es imprescindible exponer que en clase, en esta última semana, se ha desarrollado el tema de los textos folclóricos.
 
¿QUÉ SON LOS TEXTOS FOLCLÓRICOS?
Los textos folclóricos forman parte de la literatura popular y oral, y no son textos infantiles, sino familiares, que han ido transmitiéndose de generación en generación y se originaron para entretener.

He de decir que me ha costado mucho realizar la adaptación, y no sé si he acertado, puesto que acepto que continuamente he rebuscado la moraleja para que los niños aprendan lo que considero que es relevante, y he estado pensando en si ellos podrían sentirse identificados con alguno de los personajes o con ciertas actitudes y situaciones que iban aconteciendo.

Me ha sido muy difícil llegar a estimar la importancia de este tipo de cuentos, que no tratan de moralizar y no han de inducir al que niño piense lo que como adulta quiero que piense, sino que él mismo sea quien decida en cada momento de su vida lo que recoge y le transmite el texto. Si este tipo de cuentos tuvieran moraleja ya no serían literarios, sino paraliterarios, como he aprendido en el anterior bloque.
 
 
Una vez expuesto esto, desarrollaré mi cuento: “EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO” y ¡espero que os guste!
Hace muchos años, existía un lugar con un montón de pueblos diferentes: el pueblo de los Hombres, el de los Ogros, el de los Guerreros, el de los Reyes... En el pueblo de los hombres vivía un chico muy guapo y aventurero llamado Bruno, que siempre estaba buscando aventuras con su espada. Bruno vivía con su padre Pancho y estaban los dos solos... él siempre había querido tener una amiga, ya que no vivía nadie cerca.
 
Un día, cuando volvió a casa después de una de sus aventuras imaginarias, se dio cuenta de que... ¡su padre había desaparecido!
Bruno, triste y enfadado, cogió una foto de su padre y, con su espada a cuestas, corrió en su búsqueda. Corrió tanto que hasta cruzó la frontera de su pueblo y llegó al pueblo de los ogros. Agotado, se sentó a descansar en una pequeña roca que encontró, sintiéndose triste por la pérdida de su padre. Entre sollozos, escuchó acercarse a alguien y al levantar la vista... ¡era un ogro! ¡Un ogro gigante y verde! Bruno tenía ahora los ojos como platos, ¡nunca había visto un ogro de verdad!, y mientras sacaba su espada, gritó:
 
Y el ogro, entre risas, le dijo:
-¡Je, je, je! Guarda tu espada, chico. Vengo a proponerte un trato. Sé quién se ha llevado a tu padre.
Bruno se fijó en que el ogro tenía algo extraño... ¡le faltaban todas las uñas! Y entonces se relajó un poco al ver que sin uñas, el ogro no daba tanto miedo. Así que guardó su espada y escuchó atentamente.
-Verás... como habrás podido darte cuenta, un oso me ha arrancado las uñas... ¡y las necesito! -dijo el ogro enfadado-. Quiero que hagas una cosa por mí: quiero que le cortes una uña a un oso diferente cada día mientras duerme, y te la cuelgues al cuello como un collar. Quiero al menos... ¡300 uñas!, así que estarás recorriendo los pueblos de todo el país durante 300 días. Además, quiero que no te laves durante este tiempo y que vistas sólo con estas pieles del oso que me arrancó las uñas... ¡Grrrrrrrr! -dijo, gruñendo.
-¿Y qué consigo yo a cambio, ogro? -dijo Bruno con cara extrañada.
-¿Tú? Si dentro de 300 días me das todas las uñas, entonces tu padre volverá a casa. Si por el contrario, no lo consigues, te llevaremos preso a ti también, ¡je, je, je!
A Bruno le gustó la idea, ¡qué aventuras tan maravillosas le esperaban! Con ogros, osos, recorriendo pueblos con su espada... ¡y encima recuperaría a su padre! Sin pensárselo dos veces, Bruno aceptó el trato, y el ogro se marchó entre risas malvadas...
Al día siguiente, Bruno empezó su aventura. Escaló montañas, recorrió pueblos, se adentró en cuevas, atravesó bosques... y cuando llegó al pueblo de los Reyes, se puso a buscar la cueva del oso. Mientras paseaba por las calles del pueblo, todos los reyes con los que se cruzaba le miraban mal y le decían cosas feas como:
-¡Feo! ¡Ve a lavarte!
-¡Salvaje!
Y claro, es que Bruno no había caído en la cuenta de que parecía un chico salvaje con aquellas pieles, la piel sucia y con los dientes colgados al cuello... y claro, nadie quería acercarse a un chico así.
Y a los 200 días de aventuras y con 200 uñas colgadas en su cuello, Bruno empezó a pensar que no había sido tan buena idea... echaba de menos a su padre, y echaba de menos el pueblo de los Hombres. Estaba cansado de ver caras desconocidas y que le daban mucho miedo... además, no le gustaba que le gritaran cosas feas sólo por su aspecto. Él era una buena persona y le gustaba ayudar a los demás.
Sin embargo, Bruno continuó su aventura, que esta vez ¡era real! Y cuando estaba a punto de cortarle la uña al siguiente oso, en el pueblo de los Guerreros... “¡Plof!”. “¿Qué ha sido ese ruido?”, pensó Bruno. Se giró y vio a una chica rubia casi en las mismas condiciones que él: con la cara sucia y la ropa rota, con una espada en la mano. A Bruno le sorprendió tanto que corrió tras ella, olvidándose de la uña del oso, y la siguió hasta una casita de madera en mitad del bosque. La chica cuando le vio, sacó su espada y gritó:
-¡En guardia, chico! ¿Por qué me sigues?
Y Bruno dijo:
-No te asustes. Me llamo Bruno y estoy en una misión muy importante. ¿Cómo te llamas tú?
Y la chica, que no le importaba el aspecto de Bruno, con una sonrisa y guardando su espada, dijo:
-¡Oh! Yo también estaba en una misión, pero cada vez son más aburridas porque no puedo salir de este bosque... ¡Ah!, y me llamo Carlota “la guerrera”. ¿De qué trata tu misión?
Entonces, Bruno le contó su historia y se pasaron horas y horas hablando. Ella le contó que vivía sola porque sus padres se habían ido y a Bruno le dio mucha pena porque se sintió identificado con ella. Entre tanta historia, los dos se quedaron dormidos... Y al día siguiente, Bruno le dijo que tenía que marcharse pero que esperara en esa misma cabaña sólo 100 días más, y que volvería a por ella con su padre. Para asegurar su promesa, Bruno le dio la foto de su padre Pancho, y ella prometió que les esperaría.
Pasados los 300 días de aventura, Bruno volvió al pueblo de los Ogros con todas las uñas en su cuello, orgulloso de lo que había logrado. Cuando el ogro apareció, se llevó una gran alegría al ver todas aquellas uñas en el cuello del chiquillo, pero por otra parte gruñó:
-Grrrrr... Ahora tendremos que devolverte a tu padre... ¡con lo mucho que nos servía en nuestro pueblo! Bueno, al menos he recuperado mi aspecto feroz y podré raptar a otros padres... ¡Je, je, je!
-Bueno, ogro, devuélveme a mi padre Pancho y mi aspecto de antes, y ¡déjanos en paz!
El ogro, hizo rasgar sus uñas nuevas contra una roca y... “¡Plof!”, volvieron todas sus ropas limpias y su cara lavada. De repente, el cielo se iluminó con un montón de chispas y el ogro desapareció. Entre las chispas, su padre Pancho apareció delante de sus ojos ¡como por arte de magia! Los dos se abrazaron entre lágrimas y mientras caminaban, Bruno le contó todas sus aventuras y le habló de Carlota. Su padre Pancho se puso muy contento al oír todo aquello y decidieron volver a por Carlota.
Cuando llegaron a la cabañita del bosque, Carlota se defendió sacando su espada de nuevo:
-¡En guardia, desconocidos!
Pero entonces, Carlota reconoció al señor de la foto, ¡era el padre de Bruno!, y bajó la mirada rápidamente hacia aquel chico limpio que se encontraba delante suyo y también le reconoció. Corrió hacia ellos y les abrazó, agradecida.
Los tres caminaron hacia el pueblo de los Hombres con muchas ganas. Todos estaban felices: papá Pancho había sido rescatado, Carlota ya no vivía sola y... ¡Bruno tenía por fin una amiga!

Bruno y su padre se hicieron famosos haciendo espadas para reyes y caballeros, por lo que su herrería que empezó siendo pequeña cada vez les hacía ser más ricos.
Finalmente, y según iba pasando el tiempo, Bruno y Carlota se enamoraron, se casaron, tuvieron hijos y fueron muy felices.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado y ¡ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO MI ADAPTACIÓN!
CONCLUSIÓN:
El cuento es un método maravilloso y efectivo con el que los niños disfrutan a raudales, aprenden y desarrollan su imaginación, ya que les gustaría ser como el héroe de la historia. Además de pasar un rato entretenido, el hecho de escuchar una historia fabulosa, imaginativa, les supone también una experiencia muy gratificante, ya que al tener la oportunidad de enfrentarse a una realidad sin estar presentes dentro de la historia puede ayudarles a superar sus terrores nocturnos y a ahuyentar sus pesadillas, sólo por el mero hecho de mostrarles que los héroes de las historias lo hacen.
A partir de la escucha de los cuentos, los niños estimulan su desarrollo intelectual, amplían su vocabulario y los cuentos contribuyen al desarrollo de la imaginación y a favorecer su memoria. Por lo tanto, no se me ocurre mejor forma de pasar un buen rato, tanto niño como adulto, ya que para los adultos también es un momento muy gratificante.
En mi futuro como maestra voy a tener que adaptar un montón de cuentos para que los pequeños tengan la oportunidad de conocer todo tipo de cuentos. No sólo está bien que conozcan las adaptaciones de autores conocidos como Perrault o los conocidos hermanos Grimm, sino que además de estos cuentos ya adaptados, estaría bien que toda maestra fuese capaz de adaptar historias diferentes, menos conocidas, para abrirles el campo de la imaginación y del conocimiento a los más pequeños.
He cambiado los personajes y les he puesto nombres, para que a los niños se les haga más sencilla la caracterización y diferenciación de los mismos. Además, los personajes principales (Bruno y Carlota) son jovencitos, ya que también les gusta escuchar historias de héroes a los que imaginar, con los que soñar y a los que “jugar a ser”.
He pensado en que esta adaptación irá dirigida a niños de edades comprendidas entre 4 y 6 años.
 
BIBLIOGRAFÍA:
 

lunes, 25 de abril de 2016

MODIFICACIÓN: LA HORA DEL CUENTO: EL CUENTACUENTOS


La siguiente actividad realizada fue en clase. Esta consistió en la realización de un taller llevado al ámbito de los niños. Por fin ha llegado la hora del cuento que hemos aprendido a la práctica.
En este bloque se ha desarrollado un taller de cuentacuentos, narración con libro o lectura, según lo que cada alumna previamente haya elegido. Nos dividimos en grupos de tres personas y mediante la técnica que cada una de nosotras habíamos elegido de las anteriormente citadas, teníamos que realizar la “exposición” del cuento que cada una había llevado, adaptado o inventado.
En este tema se ha podido profundizar en qué consisten las técnicas de transmisión literaria, tales como las citadas anteriormente: cuentacuentos, narración con libro y lectura. 
Primeramente tenía que elegir un cuento para contar, al principio pensé en plasmar la adaptación de la actividad pasada pero, sinceramente, me apetecía más buscar un cuento nuevo, algo donde poder innovar aunque quizás me llevase más tiempo.
La primera técnica es la que escogí el cuentacuentos, que consiste en narrar oralmente, sin ningún tipo de ayuda, un texto que fue adaptado por mí: “El enano y la hormiga”.
Elegí esta técnica, ya que los cuentos folclóricos deben ser narrados sin la ayuda de ningún tipo de texto, al ser originariamente creados oralmente y perduraron durante generaciones gracias a la tradición oral.
El periodo en el que me centré para realizar mi adaptación del cuento "El enano y la hormiga" fue la edad comprendida entre los 4-5 años, y al realizar este taller y preguntar a mis compañeras si estaban de acuerdo conmigo, debatimos que era adecuado para esta etapa, ya que es un cuento fantasioso que fomenta la creatividad, conlleva a que los niños/as amplíen su vocabulario, incrementa el conocimiento espacio-temporal porque los hechos son narrados con una línea clara compuesta por inicio, nudo y desenlace… entre otros aspectos.

Empecé estableciendo un pequeño diálogo para ver los conocimientos previos y captar la atención, iba más o menos así:

Os voy a contar un cuento:
“Erase una vez, en un castillo, el rey y la reina. Vivían tranquilamente. Pero en el jardín había un enano, estaba solito y triste, llevaba un pantalón azul y una chaqueta roja. Cada día vigilaba el jardín de los reyes. Un día llegó una rana y para el enano fue el flechazo de amor.
Hablaron juntos, pasaron mucho tiempo juntos.
¡Fue el amor loco!
Pero un día llegó una hormiga y el enano olvidó a la rana…..

 
Comenzaba así a contar el cuento sin olvidarme de la entonación, el ritmo, haciendo pausas para crear tensión, variando el volumen e intentando interactuar para tener la atención de los que me iban a escuchar (en mi imaginación los niños, en la realidad mis compañeras).


Me he preparado este cuento a base de contárselo a casi toda mi familia. También se lo he contado a dos niños (a los que cuido por las tardes), a quienes les ha gustado mucho.  Antes de contárselo les pregunté si les apetecía escuchar un cuento inventado por mí, si les gustan los cuentos de enanos, y durante el cuento me paraba en algún momento y les preguntaba si querían que continuase contándoles.  También paraba a veces y les preguntaba que cómo pensaban que iba a acabar…  Al final del cuento mi pregunta fue “¿cómo os ha parecido el final?”, a lo que los niños preguntaron “¿qué pasó entonces con la rana?”. Yo les contesté que la rana se buscó un novio rana; ellos se quedaron así tranquilos.
Me he grabado varias veces. Al principio me daba un poco de vergüenza el contarlo, pero al final, y poco a poco, me fui haciendo con esto de contar cuentos diferentes y divertidos.


En relación a los grupos de trabajo:
 
GRUPO 1:
Al ser la primera vez que contaba el cuento, mis compañeras me dijeron que mejoraría un poco si remarcase con más gestos, para llamar la atención.

GRUPO 2:
En el segundo grupo me dijeron que les gustó mucho cómo hice la estructura, los gestos, y que la mirada estaba muy bien. Tenía la historia muy bien memorizada, aunque me dijeron que facilitaría la exclamación más alta.

GRUPO 3:
En el tercer grupo me dijeron que les gustó mucho y no me comentaron más porque les pareció que lo hice bien.

GRUPO 4:
El último grupo me dijo que lo contase un poco más rápido.

 
PARA LLEVAR A CABO ESTE TALLER, HAY QUE TENER EN CUENTA:

1.   Elegir qué técnica quería utilizar: cuentacuentos.

2.   Decidir a qué edad estaba destinado el texto: según los receptores y la atención que mantuvieran, adecuaría el vocabulario según la narración y si es oportuno se tienen que reducir acciones.

3.   Determinar las posibilidades de interactuación con los receptores: utilización de una fórmula de entrada como: “Erase una vez…”, y una fórmula de salida: “… y colorín colorado, este cuento se ha acabado", para que los receptores al comenzar la historia y al acabarla se sitúen en qué momento de la narración se encuentran. Además es imprescindible preguntarles su opinión sobre el cuento, qué les ha transmitido cómo se imaginan a los personajes, qué finales alternativos proponen, etc…

4.   Considerar el ambiente apropiado: para mi futura aula consideraría utilizar un símbolo que ellos relacionen con la hora del cuento.

5.   Investigar cómo expresarme tanto oralmente como gestualmente: para ello se ha de ensayar, autorreflexionar y ser autocrítico, puesto que a través de los movimientos y la expresividad, tanto del rostro como de las manos, es imprescindible para llevar a los receptores al mundo de ilusión de "El enano y la hormiga".

6.   Aceptar… que no podía aprenderme el cuento de memoria, solamente saber seguir la estructura inicial y no romper la esencia de la historia, ya que una de las características de esta técnica es que la persona que crea la historia lo puede plasmar de diversas maneras, dándole un matiz diferente según los receptores, momento, etc..

 
CONCLUSIÓN:

En mi opinión fue una experiencia muy enriquecedora, pues podemos escuchar todo tipo de cuentos, historias y distintas maneras para mejorar nuestra forma de actuar. Fue mucho más difícil de lo que me había imaginado, me costó muchísimo omitir información y no estaba muy segura de que fuera a gustar la historia.

He llegado a saber que contar un cuento no es algo fácil, ya que hay que ponerle mucho énfasis y hay que dedicarle tiempo, porque si vas muy deprisa el niño podría perderse, y si vas muy despacio el niño podría aburrirse. Por lo tanto hay que buscar un término medio, el cual creo que ya sé dominar, aunque obviamente aún me falta mucha práctica.

Para finalizar, he de comentar que hubiera sido muchísimo más enriquecedor realizar esta actividad en una clase con niños y tener más tiempo y dedicarle más que de lo que hemos tenido oportunidad.

Como futura maestra me encantaría poder desarrollar e incluso saber transmitir estas técnicas a mis futuros niños y que disfruten mucho de todo ello al igual que yo puedo disfrutar de ellos.


REFERENCIAS:

- Apuntes de Literatura Infantil de Irune
 

lunes, 11 de abril de 2016

ADAPTACIÓN "EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO"

 

BLOQUE 2: ADAPTACIÓN “EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO”
 
 
En este segundo bloque he tenido que adaptar un cuento de los hermanos Grimm llamado: “El hombre de la piel de oso”. 
 
 
INTRODUCCIÓN:
Los hermanos Grimm: Jacob (Alemania, 1785 - 1863) y Wilhelm (Alemania, 1786 - 1859), cuyas adaptaciones respondían con mucha lealtad a las versiones recopiladas inicialmente, siendo éstas las que más se han  estudiado y las que más se han empleado en la educación de los niños.
Muchos de esos cuentos no eran alemanes puesto que parte de ellos habían sido anteriormente recopilados por el francés Perrault.
En dos de las ediciones que publicaron, una en 1812 (recopilaciones) y la  posterior en 1822 (adaptaciones) no escribían para el público en infantil, sino para todos. 
Fue en 1825 el año en el que se hicieron muy famosos, porque tuvieron mucho éxito entre los más pequeños y llamaban más la atención que los anteriores cuentos por las fantásticas ilustraciones. Por ello, tuvieron que llevar  a cabo modificaciones en cuanto al contenido, la forma y el estilo; transformando los castigos por otros de menor impacto, así como eliminar los diversos elementos morbosos que aparecían en los textos.
Por otra parte, es imprescindible exponer que en clase, en esta última semana, se ha desarrollado el tema de los textos folclóricos.
 


¿QUÉ SON LOS TEXTOS FOLCLÓRICOS?

Los textos folclóricos forman parte de la literatura popular y oral, y no son textos infantiles, sino familiares, que han ido transmitiéndose de generación en generación y se originaron para entretener.
He de decir que me ha costado mucho realizar la adaptación, y no sé si he acertado, puesto que acepto que continuamente he rebuscado la moraleja para que los niños aprendan lo que considero que es relevante, y he estado pensando en si ellos podrían sentirse identificados con alguno de los personajes o con ciertas actitudes y situaciones que iban aconteciendo.
Me ha sido muy difícil llegar a estimar la importancia de este tipo de cuentos, que no tratan de moralizar y no han de inducir al que niño piense lo que como adulta quiero que piense, sino que él mismo sea quien decida en cada momento de su vida lo que recoge y le transmite el texto. Si este tipo de cuentos tuvieran moraleja ya no serían literarios, sino paraliterarios, como he aprendido en el anterior bloque.
 

Una vez expuesto esto, desarrollaré mi cuento:“EL HOMBRE DE LA PIEL DE OSO” y ¡espero que os guste!
 
Hace muchos años, existía un lugar con un montón de pueblos diferentes: el pueblo de los Hombres, el de los Ogros, el de los Guerreros, el de los Reyes... En el pueblo de los hombres vivía un niño muy guapo y aventurero llamado Bruno, que siempre estaba buscando aventuras con su espada. Bruno vivía con su padre Pancho y estaban los dos solos... él siempre había querido tener una hermanita, pero no había sido posible.

 
Un día, cuando volvió a casa después de una de sus aventuras imaginarias, se dio cuenta de que... ¡su padre había desaparecido!
Bruno, triste y enfadado, cogió una foto de su padre y, con su espada a cuestas, corrió en busca de su padre Pancho. Corrió tanto que hasta cruzó la frontera de su pueblo y llegó al pueblo de los ogros. Agotado, se sentó a descansar en una pequeña roca que encontró, y se puso a llorar por la pérdida de su padre. Entre sollozos, escuchó acercarse a alguien y al levantar la vista... ¡era un ogro! ¡Un ogro gigante y verde! Bruno tenía ahora los ojos como platos, ¡nunca había visto un ogro de verdad!, y mientras sacaba su espada, gritó:
 


 
-¡En guardia, ogro! 

Y el ogro, entre risas, le dijo:
-¡Je, je, je! Guarda tu espada, niño. Vengo a proponerte un trato. Sé quién se ha llevado a tu padre.

Bruno se fijó en que el ogro tenía algo extraño... ¡le faltaban todas las uñas! Y entonces se relajó un poco al ver que sin uñas, el ogro no daba tanto miedo. Así que guardó su espada y escuchó atentamente.
 
-Verás... como habrás podido darte cuenta, un oso me ha arrancado las uñas... ¡y las necesito! -dijo el ogro enfadado-. Quiero que hagas una cosa por mí: quiero que le cortes una uña a un oso diferente cada día mientras duerme, y te la cuelgues al cuello como un collar. Quiero al menos... ¡300 uñas!, así que estarás recorriendo los pueblos de todo el país durante 300 días. Además, quiero que no te laves durante este tiempo y que vistas sólo con estas pieles del oso que me arrancó las uñas... ¡Grrrrrrrr! -dijo, gruñendo.

-¿Y qué consigo yo a cambio, ogro? -dijo Bruno con cara extrañada.
 
-¿Tú? Si dentro de 300 días me das todas las uñas, entonces tu padre volverá a casa. Si por el contrario, no lo consigues, te llevaremos preso a ti también, ¡je, je, je! 
A Bruno le gustó la idea, ¡qué aventuras tan maravillosas le esperaban! Con ogros, osos, recorriendo pueblos con su espada... ¡y encima recuperaría a su padre! Sin pensárselo dos veces, Bruno aceptó el trato, y el ogro se marchó entre risas malvadas...
Al día siguiente, Bruno empezó su aventura. Escaló montañas, recorrió pueblos, se adentró en cuevas, atravesó bosques... y cuando llegó al pueblo de los Reyes, se puso a buscar la cueva del oso. Mientras paseaba por las calles del pueblo, todos los reyes con los que se cruzaba le miraban mal y le decían cosas feas como:
 
-¡Feo! ¡Ve a lavarte!

-¡Salvaje!

Y claro, es que Bruno no había caído en la cuenta de que parecía un niño salvaje con aquellas pieles, la piel sucia y con los dientes colgados al cuello... y claro, nadie quería acercarse a un niño así.
Y a los 200 días de aventuras y con 200 uñas colgadas en su cuello, Bruno empezó a pensar que no había sido tan buena idea... echaba de menos a su padre, y echaba de menos el pueblo de los Hombres. Estaba cansado de ver caras desconocidas y que le daban mucho miedo... además, no le gustaba que le gritaran cosas feas sólo por su aspecto. Él era un buen chico y le gustaba ayudar a los demás.
Sin embargo, Bruno continuó su aventura, que esta vez ¡era real! Y cuando estaba a punto de cortarle la uña al siguiente oso, en el pueblo de los Guerreros... “¡Plof!”. “¿Qué ha sido ese ruido?”, pensó Bruno. Se giró y vio a una niña rubia casi en las mismas condiciones que él: con la cara sucia y la ropa rota, con una espada en la mano. A Bruno le sorprendió tanto que corrió tras ella, olvidándose de la uña del oso, y la siguió hasta una casita de madera en mitad del bosque. La niña cuando le vio, sacó su espada y gritó:
-¡En guardia, niño! ¿Por qué me sigues?
Y Bruno dijo:
-No te asustes. Me llamo Bruno y estoy en una misión muy importante. ¿Cómo te llamas tú?

Y la niña, que no le importaba el aspecto de Bruno, con una sonrisa y guardando su espada, dijo:
 
-¡Oh! Yo también estaba en una misión, pero cada vez son más aburridas porque no puedo salir de este bosque... ¡Ah!, y me llamo Carlota “la guerrera”. ¿De qué trata tu misión?

Entonces, Bruno le contó su historia y los niños se pasaron horas y horas hablando. Ella le contó que vivía sola porque sus papás se habían ido y a Bruno le dio mucha pena porque se sintió identificado con ella. Entre tanta historia, los niños se quedaron dormidos... Y al día siguiente, Bruno le dijo que tenía que marcharse pero que esperara en esa misma cabaña sólo 100 días más, y que volvería a por ella con su padre. Para asegurar su promesa, Bruno le dio a la pequeña la foto de su padre Pancho, y ella prometió que les esperaría.
Pasados los 300 días de aventura, Bruno volvió al pueblo de los Ogros con todas las uñas en su cuello, orgulloso de lo que había logrado. Cuando el ogro apareció, se llevó una gran alegría al ver todas aquellas uñas en el cuello del chiquillo, pero por otra parte gruñó:
-Grrrrr... Ahora tendremos que devolverte a tu padre... ¡con lo mucho que nos servía en nuestro pueblo! Bueno, al menos he recuperado mi aspecto feroz y podré raptar a otros padres... ¡Je, je, je!

-Bueno, ogro, devuélveme a mi padre Pancho y mi aspecto de antes, y ¡déjanos en paz!
El ogro, hizo rasgar sus uñas nuevas contra una roca y... “¡Plof!”, volvieron todas sus ropas limpias y su cara lavada. De repente, el cielo se iluminó con un montón de chispas y el ogro desapareció. Entre las chispas, su padre Pancho apareció delante de sus ojos ¡como por arte de magia! Los dos se abrazaron entre lágrimas y mientras caminaban, Bruno le contó todas sus aventuras y le habló de Carlota. Su padre Pancho se puso muy contento al oír todo aquello y decidieron volver a por Carlota.

 
 Cuando llegaron a la cabañita del bosque, Carlota se defendió sacando su espada de nuevo:
-¡En guardia, desconocidos!

Pero entonces, Carlota reconoció al señor de la foto, ¡era el padre de Bruno!, y bajó la mirada rápidamente hacia aquel niño limpio que se encontraba delante suyo y también le reconoció. Corrió hacia ellos y les abrazó, agradecida.
 
Los tres caminaron hacia el pueblo de los Hombres con muchas ganas. Todos estaban felices: papá Pancho había sido rescatado, Carlota ya no vivía sola y... ¡Bruno tenía por fin una hermanita!
 
Este cuento se ha acabado y ¡ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO MI ADAPTACIÓN!
 
 
CONCLUSIÓN: 
El cuento es un método maravilloso y efectivo con el que los niños disfrutan a raudales, aprenden y desarrollan su imaginación. Además de pasar un rato entretenido, el hecho de escuchar una historia fabulosa, imaginativa, les supone también una experiencia muy gratificante, ya que al tener la oportunidad de enfrentarse a una realidad sin estar presentes dentro de la historia puede ayudarles a superar sus terrores nocturnos y a ahuyentar sus pesadillas, sólo por el mero hecho de mostrarles que los héroes de las historias lo hacen.

A partir de la escucha de los cuentos, los niños estimulan su desarrollo intelectual, amplían su vocabulario y los cuentos contribuyen al desarrollo de la imaginación y a favorecer su memoria. Por lo tanto, no se me ocurre mejor forma de pasar un buen rato, tanto niño como adulto, ya que para los adultos también es un momento muy gratificante.
 
En mi futuro como maestra voy a tener que adaptar un montón de cuentos para que los pequeños tengan la oportunidad de conocer todo tipo de cuentos. No sólo está bien que conozcan las adaptaciones de autores conocidos como Perrault o los conocidos hermanos Grimm, sino que además de estos cuentos ya adaptados, estaría bien que toda maestra fuese capaz de adaptar historias diferentes, menos conocidas, para abrirles el campo de la imaginación y del conocimiento a los más pequeños.
He pensado en que esta adaptación irá dirigida a niños de edades comprendidas entre 4 y 6 años.
He cambiado los personajes y les he puesto nombres, para que a los niños se les haga más sencilla la caracterización y diferenciación de los mismos. Además, los personajes principales (Bruno y Carlota) son niños, algo que creo les adentrará más en la historia ya que se sentirán mas identificados con sus sentimientos, y en vez de una historia de amor como final, he jugado con el sentimiento de un niño por desear tener un compañero de juego, un hermanito o hermanita.
 
BIBLIOGRAFÍA:



 

 

martes, 5 de abril de 2016

Corrección: ¡QUIERO MI CHUPETE!


ANÁLISIS DEL TEXTO

-TÍTULO: ¡Quiero mi chupete!
     
-AUTOR: Tony Ross
     
-ILUSTRADOR: Tony Ross
     
-EDITORIAL: SM (Madrid), 2002 (España).

 Catálogo el Barco de Vapor.
     
-FECHA 1ª EDICIÓN: Año 2001
      
-EDAD EN LA QUE ME BASO PARA REALIZAR ESTE ANÁLISIS: Para leer y mostrárselo a los pequeños.
He escogido este libro porque me apetecía mucho leerlo ya que el título es bonito y divertido, ya que nos muestra el deseo de muchos niños de no querer quitarse el chupete.

AUTOR/ ILUSTRADOR DEL LIBRO: Tony Ross

Nació en Londres el 10 de agosto de 1938, aunque en la actualidad vive en Cheshire junto a su esposa Zoe. Estudió en la Escuela de Arte de Liverpool y en sus comienzos trabajó como historietista, diseñador gráfico y director artístico en una agencia de publicidad. En 1976 publicó su primer libro (Goldilocks and the Three Bears) y desde entonces no ha parado de ilustrar y escribir, tanto colaborando con otros autores consagrados, como Roald Dahl, Paula Danziger, Francesca Simon o Michael Palin, como elaborando sus propios libros infantiles. Entre sus obras más populares se encuentra una colección de cuentos de hadas adaptados, la serie del profesor extraterrestre Dr. Xangle (escrita junto a Jeanne Willis), la del perrito Towser y la colección del travieso Pablo Diablo (Horrid Henry en el mundo anglosajón).A lo largo de su prolífica carrera, Tony Ross ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan las tres ocasiones que se llevó el Silver Paintbrush Award (en 1980, 1984 y 1995); el German Children's Book Prize de 1986 y el Dutch Silver Pencil Award como mejor autor extranjero. En el año 1987 fue número uno en ventas en Gran Bretaña. Varios de sus personajes tienen su propia serie de dibujos animados y han sido emitidos en televisión. Sus libros se han traducido a cuarenta lenguas en más de cien países. Además, ha ilustrado obras de ficción juvenil en el Reino Unido, Estados Unidos y Francia.
 
 


ASPECTOS DEL FORMATO:
-Manejabilidad: El tamaño es adecuado porque es manejable para los niños (170 x 210 mm), las hojas son finas y consta de 29 páginas. Es de tamaño medio con la tapa de pasta dura. Creo que la edad ideal son los niños de 2-3 años, aunque se puede leer a niños más mayores que sigan llevando chupete. Al ser el libro de un tamaño adecuado, se podría decir que es manejable, ya que los niños pueden cogerlo con gran facilidad sin que se les caiga. El material de la portada es de cartón, por lo tanto, el libro es poco resbaladizo y a los niños no se les caería al suelo. Al ser un libro tan pequeño las hojas son del mismo tamaño, lo que permite que se puedan pasar sin problemas.

-Ilustraciones: En el cuento hay muchas imágenes con las que el receptor puede sentirse identificado. Éstas siguen una secuencia lineal (planteamiento, nudo y desenlace) y los niños pueden seguir la historia fácilmente. Las encuentro un poco estereotipadas. Aunque, las ilustraciones son muy expresivas, porque se ven las expresiones faciales de la niña protagonista (alegría, enfado, llanto, asombro…) a lo largo de todo el cuento, sus caras al ir perdiendo y encontrando el chupete. Esto es algo positivo para los niños de 2-3 años ya que al no saber leer aún, pueden conocer la historia con los dibujos sin la necesidad de las letras. Aunque si se lo leemos ya es un apoyo que tienen ellos para poder dar, más aún, rienda suelta a su imaginación, algo muy actual y desarrollado a esta edad.

-Tipografía: Creo que es una letra muy adecuada, ya que tiene un buen tamaño y un espaciado bastante acertado, lo mismo ocurre con el tipo de letra, que al ser sencilla y clara, hace más fácil la lectura, aunque las letras no son excesivamente grandes, pienso que son legibles porque guardan el espacio entre palabras y líneas correctamente.
 
ASPECTOS DEL CONTENIDO:

-Tema: El tema es adecuado al momento evolutivo de los niños por el tema que trata el libro de sentimientos e infancia, ya que el prelector se puede sentir identificado con la protagonista del cuento. La pequeña princesa, de unos 3 añitos, tiene dificultad para deshacerse del chupete, por lo que sus padres continuamente se lo esconden, pero ella, insistente, lo encontraba. A ella le encanta su chupete, no puede vivir sin él. Pero muy a menudo éste desaparece. A pesar de que todo el mundo le dice que ya es muy mayor para usarlo, la princesa no hace caso a nadie. Harta de que desaparezca, ella ata una cinta al chupete para que nadie pueda quitárselo. Cuando su primo de 5-6 años le recrimina que el chupete es ridículo, la princesa reconoce que es cierto, pero que el chupete en realidad no es suyo, sino de su oso peluche. Finalmente, la niña consigue evolucionar y olvidar el chupete.

El libro comienza viéndose una ilustración de la niña protagonista en la cama pidiendo su chupete, ya que cuando más echan de menos el chupete los niños son a la hora de acostarse.

El cuento muestra como un adulto hace que desaparezca el chupete, además de como le van diciendo los adultos a la niña protagonista que ya no debe llevar chupete, pero ella no hace caso. Solamente se da cuenta y se quita el chupete cuando su primo (2-3 años mayor que ella) le dice que es ridículo.
 

 
-¿PERO TODAVÍA CON CHUPETE? -SE ASOMBRÓ EL ALMIRANTE.
 
-¡A MÍ ME GUSTA! -DIJO LA PRINCESA
 
 

-Estructura: Tiene planteamiento-nudo-desenlace, pero el nudo es acumulativo, ya que se va repitiendo la acción de perder el chupete e irlo buscando.  En mi opinión es adecuado a los receptores porque al final la protagonista decide no usar más el chupete.

-Protagonista: La protagonista es la pequeña princesa de aproximadamente 3 años, quien busca desesperada su chupete, pero cuando lo vuelve a recuperar, éste vuelve a desaparecer de nuevo. Finalmente, la princesa consigue sobrevivir diariamente sin su chupete. Creo que los niños de la misma edad de la protagonista se pueden identificar con ella, ya que en esa edad es habitual que muchos niños tengan aún chupete. El carácter de la niña refleja que cuando los adultos le recriminan que si aún lleva chupete, a ella en realidad no le importa, pero cuando se lo dice un niño un poco más mayor, es cuando decide dejar de usarlo, por lo que entiendo que le da vergüenza delante de niños un poco mayores.

-Los demás personajes: La pequeña princesa, que es la protagonista, y los personajes secundarios, que son los soldados, la doncella, el primer ministro, el cocinero, el almirante y su primo, son quienes le dicen a la pequeña princesa que ese chupete resulta ridículo porque ya es mayorcita para usar chupete.

La protagonista es un personaje con el que cualquier niño se puede sentir identificado por el momento evolutivo en el que se encuentra, por lo tanto, es un cuento que le puede interesar a los niños que aún usan chupete aún teniendo más de 3 años.

-Valores y contravalores: La niña protagonista comienza teniendo valores negativos, como son el descontento por no encontrar su chupete, los enfados y pataletas que monta al no encontrarlo, la excitabilidad que presenta cada vez que no lo encuentra… Pero, al final del libro, la niña protagonista acaba teniendo valores positivos, al quitarse el chupete.

Bajo mi punto de vista, al principio la princesa es muy tozuda, ya que no quiere deshacerse de su chupete. Hace lo que ella quiere y se enfada cuando le quitan el chupete.

-Lenguaje: El lenguaje es sencillo pero no muy simple, sin muchas subordinadas. Adecuado al momento evolutivo de los niños. La historia está totalmente contada con frases cortas, lo que ayuda al niño al seguimiento de la historia. Quiero decir que el lenguaje y el estilo son buenos para niños de la edad de la protagonista. El vocabulario es simple y son frases que el niño suele emplear. Utiliza muchos imperativos cuando se enfada y exige su chupete. 
 
 
-¿CÓMO HA PODIDO CAERSE DENTRO DEL CUBO DE LA BASURA?
 
CONCLUSIÓN:

He decir que en el fondo no me ha gustado tanto, porque lo encuentro un poco simple y sin gran emoción en su trama. Aunque, es cierto, que lo encuentro educativo, puesto que es muy útil para concienciar a los niños de quitarse el chupete y se ve la evolución de los valores negativos que comienza teniendo la niña protagonista en el libro a los valores positivos.

Como mi futuro de maestra lo usaría en mi aula de infantil, ya que es el idóneo para aquellos niños que son incapaces de deshacerse del chupete. Las imágenes son muy claras y tan fáciles de entender, ya que esta creado para niños pequeños de entre 2-3 años. También sería un libro que recomendaría a los padres para que, entre la escuela y la familia, esa adicción desaparezca.
 
BIBLIOGRAFÍA: